Como bien sabe, los biocombustibles son una de las alternativas ecológicas al petróleo, que cada vez es más caro y escaso. En la actualidad, el 85% de la energía que utilizamos proviene de energías no renovables, por lo que de un tiempo a esta parte se han comenzado a desarrollar nuevas opciones como el aceite de jatropha, también conocido como aceite de piñón.
La jatropha es un árbol o arbusto de origen mexicano que mide entre 1 y 8 metros y crece en suelos pobres —de ahí que resista a largos periodos de sequía— de la India y países de África y Centroamérica con el fin de obtener biodiésel. Existen dos tipos de jatropha: una contiene toxinas; la otra, no. Se suele trabajar con esta última ya que su tratamiento es mucho más sencillo y requiere de una menor inversión económica.
Su aceite no está permitido para el consumo humano; sin embargo, es una de las fuentes de energía más demandadas para la producción de biodiésel debido a sus características físicas y químicas así como su bajo coste de producción agrícola, pues un barril de biodiésel de jatropha puede costar un tercio del valor de uno de crudo tradicional.
La gran resistencia y productividad de esta planta es otra de sus grandes ventajas: ofrece hasta tres cosechas anuales y se puede extraer hasta un 40% de aceite de sus semillas oleaginosas.
Procesamiento
La primera etapa en este proceso es la extracción de aceite, que puede realizarse mediante un prensado en frío (pequeña escala) o extracción por solventes (gran escala).
En producciones a pequeña escala, los frutos se limpian a mano y se les quita la cáscara, por lo que queda la semilla oleaginosa, que será presionada a través de una prensa de aceite. Este aceite puede estar contaminado con pequeñas partículas de pulpa que deben ser eliminadas mediante un filtro.
En producciones a gran escala, el aceite se extrae a partir de solventes, un proceso más eficiente y a la vez más caro. En este caso, los frutos se secan hasta obtener el contenido de humedad requerido. A continuación, las semillas se calientan —eliminando así microorganismos del aceite y evitando el coagulamiento de proteínas— y se les añade el solvente, gracias al cual el aceite conseguirá una mayor pureza. La solución con aceite y solvente se somete a un proceso de destilación para ser separado.
Así pues, si está interesado en la producción de este tipo de aceite, póngase en contacto con nosotros mediante el siguiente formulario.